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PSICOLOGIA DEL TRADING Y EMOCIONES

La inversión en los mercados financieros (CRIPTOMONEDAS) es una actividad psicológicamente frustrante. Podemos tener toda la lógica de nuestra parte y que, sin embargo, el mercado realice el movimiento que quiera (y lo peor, cuando quiera). Debemos acostumbrarnos a generar una alta tolerancia al fracaso frente a las pérdidas y a no construirnos castillos en el aire cuando estamos en una posición ganadora. En general, cuanto más frecuente sea nuestra operativa, más nos enfrentaremos contra nuestra propia psicología. Para los que hacen trading intradía (muchas operaciones rápidas para al final del día no mantener ninguna operación abierta) o swing trading (operaciones en un plazo corto, generalmente de un día a un par de semanas), se hace absolutamente imprescindible

MMM (DINERO , MÉTODO , MENTE) 

Money” significa que debemos cuidar nuestra herramienta de trabajo: el dinero. Igual que un herrero debe cuidar su yunque y su martillo porque si no no podría trabajar, el trader debe cuidar el dinero a través de técnicas de “money management” (gestión monetaria), que le indicarán de acuerdo a su capital inicial qué capital podrá arriesgar en cada operación. “Method” se refiere al método elegido para analizar el mercado. Generalmente el trader escoge el análisis técnico, no obstante existen muchos otros métodos para tratar de predecir el nivel de riesgo del mercado (que no predecir el futuro, esto es sencillamente imposible). Por último, “Mind” quiere decir que debemos mantener una psicología adecuada que nos proporcione autocontrol suficiente para seguir a rajatabla el sistema que hayamos elegido para actuar con nuestro “money” y “method”. Así pues, debemos adecuar a nuestra operativa nuestro comportamiento emocional.

 

El ser humano interacciona con el medio que le rodea de forma básicamente emocional. Alguien puede caernos bien o mal sólo por cómo viste. Amamos un país entero, o lo odiamos, como si todos los miembros de ese país fueran una sola persona. Podemos sentir algo más profundo por un objeto, como un coche o un libro, que por otra persona... En todo momento estamos experimentando alguna emoción, quizá no la notemos o no sepamos definirla exactamente, pero el hecho es que nuestro día a día (nuestra supervivencia) está en mayor o menor grado influido por nuestras decisiones, tanto automáticas como “racionales”. Y como viene demostrando la investigación neurobiológica actual (por ejemplo Damasio, Le Doux o P. Ekman) en el proceso de decidir, las emociones son un requisito indispensable. Como ya adelantó Pascal: “el corazón tiene razones que la razón desconoce”. A nivel filosófico, sin emociones seríamos incapaces de tomar decisiones de forma eficaz, pues la razón se pasaría siglos analizando riesgos, pros y contras.

 

Resolvamos la siguiente duda: nos ofrecen un juego donde hay un 99% de posibilidades de lograr 1.000 Mill. EUR, pero existe un 1% de probabilidades de morir. ¿Qué decidimos? ¿Tomaremos la decisión de forma racional? Toda decisión debe estar influida por una emoción, puesto que aunque la probabilidad esté de nuestra parte, muchas veces lo que podríamos perder hace que no nos compense arriesgarnos. Por ello, no se trata tanto de eliminar nuestras emociones para actuar como robots fríos y calculadores, como de aprender a distinguir en qué estado emocional nos encontramos para conocer los errores que cometemos habitualmente y así poder poner todos los sentimientos de nuestra parte. Desde hace muchos años distintas ciencias se han preocupado de las emociones. Medicina, Psicología, Filosofía y algunas ciencias sociales se han encargado, cada uno desde su campo, de tratar de explicar por qué el comportamiento humano es emocional. Pero es especialmente durante los dos últimos siglos cuando ha cambiando la forma de entender las emociones en el pensamiento social y han pasado de ser algo malo, que debía ser evitado y reprimido por la fuerza de la razón a ser algo bueno, hasta el punto de dar nacimiento a nuevos conceptos como el de “inteligencia emocional” (frente al conocido cociente intelectual que mediría la “racional”). Si las emociones existen, es porque como ya apuntó Darwin, son útiles para la supervivencia. En palabras de A. Sloman, la necesidad de enfrentarnos a un mundo cambiante y parcialmente impredecible exige métodos que distraigan nuestra atención. Las emociones influyen en nuestro estado de atención, pero no para distraernos, sino para hacer más caso a aquello que nuestro organismo considera más importante para la supervivencia. Decía Wukmir que las emociones son como un mecanismo que nos informa de si lo que experimentamos es negativo o positivo para así marcar pautas en nuestro cerebro para favorecer nuestra supervivencia. Con lo que no contaba este psicólogo es con que, como todo mecanismo perceptivo, las emociones nos pueden equivocar. Por ejemplo, “siempre que me voy de vacaciones de verano al norte llueve”. Incluso en el norte en verano hay más días de sol que de lluvia, sin embargo nuestra mente Trasladado al mundo del tradi ng, muchas veces los recuerdos sobre la operativa anterior pueden jugarnos malas pasadas, si nos hacen afrontar el mercado con exceso o con falta de confianza.

 

 

 

 

 

Un hecho curioso es que siempre que tomamos una decisión, nuestra primera reacción es de abatimiento por haber desechado otras opciones. Sin embargo, nuestra mente rápidamente exagera las cualidades de la decisión que hemos tomado y menosprecia las demás opciones. Nos ayuda a auto convencernos ver que otras personas también toman nuestra misma decisión. Extrapolado a la Bolsa creo que no es necesario un ejemplo... todos nos sentiremos identificados con esto. Es lo que se llama en psicología “el remordimiento del comprador”. Nuestra mente se vuelve especialmente peligrosa cuando tomamos decisiones en entornos de incertidumbre. Claro ejemplo de esto es lo que se conoce como la “falacia del jugador”: cuando en la ruleta ha salido 5 veces seguidas el rojo, pensamos que la probabilidad de que salga negro en la siguiente tirada será mayor a que vuelva a ser rojo. Esto es un error, puesto que en una tirada (en sucesos independientes, como es el caso) la probabilidad de que sea rojo o negro ¡¡es la misma!! o sea, del 50%. Otra cosa es que queramos calcular a priori la probabilidad de que salgan 6 veces seguidas el rojo, pero una vez ha salido el resultado, el pasado se resetea (puesto que los sucesos son independientes). De ahí la ineficacia de la martingala (y lo podemos trasladar al trading: de ahí la desventaja de promediar una posición perdedora).

Otro ejemplo de que no podemos fiarnos de nuestra mente en este tipo de situaciones lo encontramos en Kahneman y Tversky (pioneros de la “behavioral finance”). Estos dos psicólogos, en uno de sus experimentos daban a elegir las siguientes opciones:

 

Usted prefiere:

A.- Ganar 2.400 EUR con un 100% de seguridad

B.- Ganar 10.000 EUR con un 25% de probabilidad o 0 EUR con un 75% de probabilidad.

 

En este juego la mayoría de la gente escoge llevarse el dinero a la saca (opción A), aunque en realidad, la esperanza matemática de arriesgarse (opción B) es superior a la de no arriesgarse:

 

A.- Esperanza matemática = 2.400 EUR x 100%= 2.400 EUR

B.- Esperanza matemática =10.000 EUR x 25% + 0 EUR x 75% = 2.500 EUR Pero aún es más interesante cuando hablamos de una pérdida:

 

Usted prefiere:

A.- Perder 2.400 EUR con un 100% de seguridad

B.- Perder 10.000 EUR con un 25% de probabilidad o 0 EUR con un 75% de probabilidad.

 

En este juego la gente suele escoger... ¡arriesgarse! (opción B), cuando de acuerdo con la esperanza matemática, es decir, desde un punto de vista racional, la pérdida sería mayor:

 

A.- Esperanza matemática = -2.400 EUR x 100%= -2.400 EUR

B.- Esperanza matemática = -10.000 EUR x 25% + 0 EUR x 75% = -2.500 EUR

 

En fin, que no somos buenos calculando probabilidades. Otro interesante descubrimiento de Kahneman y Tversky demuestra que somos poco racionales y que nuestro cerebro rellena huecos asignando ideas preconcebidas acerca de las cosas y de la gente. Su experimento consistía en una pregunta del tipo: “María es una persona comprometida con el ecologismo. Acude a conferencias, utiliza papel reciclado, tiene 3 gatos y ha acudido a concentraciones para salvar a las focas del Ártico.” Elija: 1. María es una cajera de un banco. 2. María es una cajera de un banco y está afiliada a una ONG.

"Educandote y aplicando lo que estudias y lees , es la unica forma que te llevará a donde quieres estar".

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